Anunciamos (anuncio, más bien y por ahora) la exclusividad en poesía que me apremia. No olviden tener en cuenta la cronología, la edad y los tópicos derivados del principio.
Aunque mi orgullo son las actuales, la evolución también marca.

lunes, 23 de marzo de 2015

Tremendismo en espera.

Ya perdí la apuesta,
si no al salir el aire suena.
Qué triste,
qué nefasta esta condena.
De quemarme vivo,
alzaría el puño a dios,
con ésta,
prefiero arrancar mis venas.

Elegir el no vivir.
el testigo que no vino,
las ganas de saber de ti,
de la mierda y la protesta
del incoherente sonreir.

Tremenda estupidez inconexa,
del absurdo físico por venir,
de dependencia de momentos extrema,
este poema  al otro lado del Rif
bajo un humo que en nube apremia
un surrealismo de ausente carmesí.

Libre me siento de llamarte perra,
soltar las frases en barrena
llena de rabia, de terrible berborrea.
Joder si pudieses leer de mi.

Como odio mi tronera
vicio de bola negra,
que en primera jugada pierda,
que al cambio gane tu pereza.
Despierta, colega
que la vida no es tan buena
perderte un ajedrez con dios
es no querer entrar en mi cabeza.
Olvida tus ideas
y aclara tus impulsos
vamos a reventar cabezas
de las que parecen bustos.

Y aún así...
Sabes de las tardes sin horas
y rompes preguntas incómodas
para de cristales coronar la tapia
qué esconde nuestra historia
dónde tu locura espera
que le birle de tu boca.

Detalle escrito

Virgen del fracaso,
cantaba Romerando,
icono ya tedioso
destartalándome el tejado.
Qué perra...
[Léase riendo]
como símbolo de rabia
de un poeta yermo
que arado en mierda espera,
que ésto se vuelva eterno.

Mi pasivo agresiva gracia
libre absoluta de falacia,
mis de salir de casa ansias
buscan de infancia libre historias.
Rompe mi enorme tolerancia,
perturba esta paz caótica.

¿Lo notas?
Ya no te acuerdas,
será la edad
o las peliculas de mierda.
Antes lo imaginabas,
¿Verdad?
Las chorradas de volar,
ahora más de vomitar.
El alcohol nos hizo grandes,
capaces de leyendas contar.
Y qué le jodan a las flores,
los cuentos quedaron atrás.

No me quejo,
ya no pienso
y eso siempre es bueno.
De fondo el fútbol
humeando entre mis dedos.
Podría vivir de ésto
como de tantos otros sueños.
Pluma en mano y caminando
si de leyes este mundo
no estuviera tan enfermo.