Cuando los borrachos
nos parecen los más sabios
y la hierba juega
con los poetas
que no saben que lo son.
Las farolas son el manto que la cubre
y el silencio se marchita con las voces
de los locos que entre alquitrán vagan
buscando flores que también coloquen.
La ceniza de un cigarro
hace de farol
de la barca de Caronte,
mientras la muerte se relame
viendo como un nuevo día nace.
La dama de blanco entre lagrimas despide
lo que fue la tiranía de su luz
entre la oscuridad hecha raigambre.
Las despedidas en portales se suceden
de invitaciones a dejar de ser responsables;
a la par que miles de corazones
dicen
adiós al que les invito a dormir anoche.
Que más decir que no este escrito,
hazme un hueco en tu cama, noche.
Te pido que contemples mi respirar cuando vomito,
que manches mi casta de carmín cuando me rocen.
Duerme Sol duerme,
que la Luna pone música de ambiente.
Envuelve Luna, envuelve,
las canciones de lo besos que llevan tu nombre.