Anunciamos (anuncio, más bien y por ahora) la exclusividad en poesía que me apremia. No olviden tener en cuenta la cronología, la edad y los tópicos derivados del principio.
Aunque mi orgullo son las actuales, la evolución también marca.

martes, 31 de julio de 2012

Faltaba que rimar


Pedían mis labios,
Los que añoraban tu cuello
Mordiscos envueltos
en el reflejo de tu pelo,

Que para cuando rondaban hojas secas
Nos escondíamos entre la nieve de un febrero
Que enfriaba mis ideas
cuando las calentaba tu cuerpo
Que tejía sabanas
de sudor en el fuego
Del crepitar del colchón
donde yacíamos muertos,
De lo querido a lo temido
pasando por lo sórdido,
Pues temíamos el final
de este largo invierno…
Quien me iba a decir
que no cubrirías mi mechero
Cuando en los fríos parques
preparásemos un vuelo

Y sí, lo sabía
que de aquello lo real era mentira
Que cuando volviera campanilla
Jodería el imaginario mundo
Donde de los ojos te escondía.
Que le voy a hacer si apague mi conciencia
En los sucios ceniceros de algún bar
Donde el suelo huele a cerveza
Y al anochecer todavía te dejan fumar.

Ahora pierdo mis horas en esperas
Que jamás terminan de esperar.
Las palabras que ahora riman
Resquebrajan mis dientes al rechinar
Cuando no es el filtro de un cigarro
El que entre ellos intenta deslizar.
Y que le hago si cuando se llena el cenicero
Siempre tengo al lado un puto vaso,
Con el fondo lleno de cerveza
Hirviendo al compás
de la sangre de mis venas,
Que crepita hacia mis amarillentos dedos
Cuando me agarro un nuevo ciego.
Ciego para olvidar
que me acuerdo de cada susurrar
De tus versos entre cielos
por los que echo de menos pasear
Pero como guerrero fui,
como guerrero vuelvo a caminar
Entre los restos de las dunas
De lo que fue nuestro  oasis particular
Que cuando entre tus labios y los míos
Faltara que rimar,
Sabía que yo sería el más jodido
Y tú la que me jodería más.