Anunciamos (anuncio, más bien y por ahora) la exclusividad en poesía que me apremia. No olviden tener en cuenta la cronología, la edad y los tópicos derivados del principio.
Aunque mi orgullo son las actuales, la evolución también marca.

miércoles, 30 de enero de 2013

A los 20 años.

Dormía entre sinfonías de humo
por poder subir al cielo
y olvidarse de las mierdas
que tiene que contar el suelo.
Cierra sus ojos inconsciente
para darse cuenta
que empieza a respirar pausadamente.
Anhela el orden que tanto odió
el eterno aburrimiento
de cuando las cosas van mejor,
felicidad de tarde de verano,
libre de impuestos
por dejar jugar al corazón.
que bombea calmado ahora
intentando arreglar lo que empezó.
Incompetente, bastardo, desleal,
se oye a la mente gritar
en lo que el corazón disimula y piensa
en cuando podrá volverla a cagar
Se siente payaso,
le toca a su cabeza veinte años más.

Para ellos

Pierde sentido el brutal idilio
dónde decidiste llorar absurda
dejando campar tu desmesura,
por rechazar hablar con el diablo
para cortar las alas sin vuelo
que lastran a los hombres buenos,
muestra de ideales marchitos e imperfectos
basados en la promesa de un futuro cielo.

Danzad idiotas,
al son de vuestras propias cobardías
de no saber decir que no a la injusticia
de que siempre el orden vuestras vidas rija.

¿Vidas?
Llamadlas ironías,
nacer para morir,
sin saber qué entremedias había.
Estudio, trabajo, dinero...
Monotonía.
Tristeza y cansancio primero,
si queda tiempo, alegría.

Pudríos joder,
quedaos en vuestra mierda,
dejad a quién quiera ser,
que sea.
Y a quién quiera morir,
que siga vuestras vidas.