Cada día espero menos del mundo,
me equiparo, paro y recuento,
no me sale ser peor que ellos.
Prepotencia a golpe de realidad
cansina existencia sin mayor recompensa
que la que yo mismo me he de buscar.
La princesa está triste,
que le jodan.
Que desespere mientras necios acuden a su altar.
Yo ya no busco aprobación ni recompensa
¿Mi felicidad? Rebajar expectativas,
reducir y simplificar.
Apagar mi lucidez si se cuela por la ventana,
que me deje dormir
no sea que de vivir me entren las ganas.
Insaciable esperanza,
a qué juegas ilusa desesperada,
no quedan cervezas y se torna ensimismada
a dónde antes lucía mi mala estrella
que ahora se ha quedado en nada.
Vuelve a la cama,
piensa que mañana será otro día.
La miro y sonrío mientras sueña
Espero que ese "otro día"
la pueda despertar.
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