Me basta con mi vida, mi locura.

Quiero destrozar el aire que respiro,
cristales rotos saliendo de mis pulmones,
desgarrando todas mis cuerdas vocales,
que no lamente el no gritar sentimientos
y que siempre piense que se los llevaría el viento.

Que no me vea la parca encoger la pata
que ya sabe que no levanto cabeza
que ya sabe que una mirada me mata
y que no tiene que venir ella
a decirme que me muera.

Me sobran los dioses y las ayudas
me basta con mi vida, mi locura.
Los tequieros, escondidos tras la Luna,
que no los vea quien no vuele con ternura.
Despacito, bajo un puñado de estrellas,
siempre mirando mal a las farolas.
Cagandome a la vez en todas las personas,
que la humanidad no esta hecha para tenerme entre sus tropas.
Sin patria ni bandera, huyendo entre trincheras,
por favor que no me alcance una bala.
Con un poco de suerte, si es amor, se gangrena.

Apretando los dientes con rabia,
dejándome la fuerza de madrugada,
escribiendo poesías ensangrentadas,
que con un poquito de sangre, cada verso, se mancha.

Y morir sin que te enteres,
quizás también sin conocerte
sin que me des los abrazos que me debes
probablemente sin saber quien eres.
Y me mentiría si no dijera que lo deseo,
pero ya sea por cobarde
o simplemente por rebelde,
más vale que seas tu quien se entere.
Quién me de un beso
y me diga que me quiere.