Anunciamos (anuncio, más bien y por ahora) la exclusividad en poesía que me apremia. No olviden tener en cuenta la cronología, la edad y los tópicos derivados del principio.
Aunque mi orgullo son las actuales, la evolución también marca.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Narrado

Ya no creo en ella y se sienta al borde de la cama,
se pierde entre inútiles acordes de esperanza y mira,
la canción que siempre funcionaba no despierta nada,
la mirada perdida aunque ensimismada
parece en sus delirios no tener más que buscar.

Coloca mis brazos en su ombligo,
su columna en mi pecho trata de grabar historias
que un día me hicieron sentir vivo.
Entretejidos los tobillos.
Siento las caricias de las yemas de sus dedos.
Siento...

Rendido entierro mis penas en su pelo,
noto el balanceo al ritmo de una canción de Extremo
su mano a la altura de mi hombro ofrece un juego,
perderme más allá de lo que consideran bueno.

Ya no veo y pienso,
sé que lo hace por mi bien,
acalla mi cabeza con un beso
y me pierdo.

Veo tan llenas las banderas de cemento,
alquitranadas todas las sendas,
noticias ceñidas a fronteras,
balas en libre comercio...
Y fuera, perdido, un pequeño resquicio,
disfrazada de relato una noche en algún sitio,
mira encandilada una historia
de las que nos creíamos cuando éramos más niños.


Mañana ese recuerdo será un cuento
y cuando lo añore será poesía.
Volveré a perderme entre versos para coger el sueño,
volverá a cambiar la escenografía
porque sigo sin creer en ella
aunque, siempre dije que lo haría.

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